En nuestros pacientes, existen diferentes situaciones que pueden hacer necesaria la extracción de una o varias piezas dentales; caries avanzadas, traumatismos, lesiones endodónticas, periodontitis avanzadas, etc. Por ello cuando se realizan tratamientos de exodoncia se ha de prever con anterioridad qué cambios dimensionales ocurrirán en el alveolo post-extracción y cómo se quiere restaurar el espacio edéntulo, pues como sabemos, esta situación puede provocar problemas estéticos y funcionales.
La evidencia científica recomienda llevar a cabo técnicas de preservación alveolar, cuyo objetivo es reducir los cambios dimensionales verticales y horizontales del alveolo tras la extracción, empleando materiales de sustitución ósea con o sin membranas para que, tras la cicatrización y regeneración del defecto óseo, se disponga del máximo volumen de hueso posible que permita una posterior rehabilitación protésica estética y funcional tras la colocación o no, de uno o varios implantes dentales. Alguna de estas técnicas no impiden la reabsorción ósea, ya que, aún se puede producir una pérdida considerable en anchura y en altura.
Factores de gran importancia a tener en cuenta en estos cambios dimensionales son los sistémicos, el consumo de tabaco, el número y la proximidad de los dientes a extraer, la condición del alveolo previa a la extracción, la influencia del biotipo en la cicatrización, la localización del diente en la arcada y el tipo de prótesis o restauración a ser empleada.
Diferentes estudios demuestran que la pérdida ósea horizontal es mayor que la vertical, y que los mayores cambios dimensionales post-extracción ocurren en el tercio coronal del alveolo, ya que es donde hay mayor cantidad de hueso cortical, así como en el alveolo post-extracción en el cual se ha levantado un colgajo se produce más reabsorción de los tejidos que en las extracciones realizadas sin colgajo. Se sabe también, que los mayores cambios dimensionales ocurren en el primer año post-extracción con una reducción en anchura de la cresta de un 50 % siendo 2/3 de ella en los primeros tres meses.
Recordemos que el hueso alveolar (el hueso que rodea la raíz del diente) difiere en muchos aspectos de otros huesos del cuerpo humano, una particularidad importante es su capacidad de cambiar. Su función es importante, ya que mantiene el diente en el hueso maxilar o mandíbular y responde a la tensión ejercida sobre el diente. Con la pérdida de los dientes, el hueso alveolar ya no realiza esta función y comienza a ser reabsorbido hasta desaparecer.
¿Cómo prevenir la reabsorción ósea después de una extracción?
La solución más segura y eficiente que puede prevenir la pérdida de hueso es la sustitución inmediata de los dientes perdidos con implantes dentales. Por supuesto, podemos reemplazar los dientes con prótesis fijas o removibles, pero sabemos que en la opción de P. Fijas se sacrifican al menos dos dientes y las P. Removibles tienen necesidad de ser cambiada periódicamente. Aun así, no impiden la reabsorción ósea. En este caso, el implante dental es lo único que sustituye la raíz del diente y puede mantener durante el tiempo el hueso, la forma, la anatomía del diente natural y evita la migración de los dientes naturales y de retracción gingival.
Hasta el día de hoy diferentes autores han realizado estudios y publicado gran número de artículos, cada uno de ellos de gran contenido científico y valor clínico, exponiendo conceptos de; defectos del alveolo post-extracción, estadios o fases de cicatrización, cambios fisiológicos e histológicos, cambios internos y externos, biomateriales de relleno o sustitutos de tejidos óseo y blando y de las diferentes técnicas a utilizar para lograr el objetivo deseado. Realizando una breve revisión puedo decir que en general, todas las técnicas y biomateriales utilizados actualmente para la preservación alveolar, pretenden controlar, disminuir, regenerar, el defecto óseo que se origina tras la extracción dentaria, para permitir la regeneración de tejidos duros y blandos de la cavidad bucal, y así obtener o conseguir un volumen suficiente o ideal para la futura rehabilitación.
A este concepto o procedimiento de “Preservación Alveolar” que como ya sabemos evita la invaginación de los tejidos blandos en el defecto quirúrgico para facilitar la formación de tejido óseo, utilizando diferentes materiales barrera, (membranas y materiales de relleno) que impiden que las células del epitelio gingival y del tejido conjuntivo invadan las zonas que posteriormente serán regeneradas, se le conoce como “Regeneración Ósea Guiada” o también las podemos llamar, Regeneración Tisular Guiada, Regeneración Naturalmente Guiada, Regeneración Académicamente Guiada (la que existe en la Literatura), o Regeneración Comercialmente Guiada (la que depende de la “Casa Comercial” con la que trabajemos).
En posteriores posts, hablaré de la técnica que yo habitualmente utilizo…. y vosotros, ¿qué utilizáis?
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